VEGA: PROTECCIÓN, DINAMIZACIÓN Y PACTO

FRANCISCO CÁCERES Y JUAN MANUEL LÓPEZ/SALVEMOS LA VEGA

DE los tres elementos del territorio con los que los granadinos metropolitanos se sienten más identificados; Alhambra, Sierra y Vega, es el futuro de éste último el que está en debate permanente. ¿Por qué? ¿Es que no damos con el encaje de la Vega en el área metropolitana? Para clarificarnos hagamos un poco de historia de los pasos dados en la última década. El Plan de Ordenación metropolitano (POTAUG), firmado por administraciones y partidos reconocía los valores de la Vega y protegía una parte de ella de los peligros de la especulación urbanística. Hace dos años la Comisión de la Vega creada por Diputación concluía pidiendo una figura de protección adecuada y apuntaba medidas económicas para dinamizarla. Por su parte, colectivos sociales, ambientales, agrarios, etc., hemos pedido protección eficaz para la Vega (Sitio Histórico y crear después la figura de Parque Agrario y Cultural) e impulsado un Plan con medidas agrarias, turísticas, culturales, ambientales, etc., muy concretas para que la Vega cree riqueza y trabajo y sea disfrutada por los granadinos.

Visto esto, está claro que hay un consenso en el diagnóstico; frente a un territorio metropolitano cada vez más cementado y atascado necesitamos la Vega, aparte de como recurso productivo, como patrimonio cultural y paisajístico que presta importantes servicios ambientales a los granadinos. Hay unanimidad en que para ello se necesita una clara protección y una dinamización integral. Hay un plan o planes para desarrollar la vega de forma sostenible. Y por si era poco, hay una clara complicidad de los ciudadanos en defensa de su Vega. Si está todo tan claro y hay consenso ¿por qué seguimos debatiendo? ¿Por qué a pesar de «la vega no se toca» ésta corre serio peligro? ¿qué falla? ¿Cual debe ser el siguiente paso?

Creemos que a la Vega le toca ya el tiempo de las medidas concretas. Y aquí surgen preguntas inevitables. ¿Por qué dos años después del compromiso adquirido públicamente por la Junta de Andalucía y la Diputación con las conclusiones de la comisión de la Vega no se ha impulsado aún ninguna medida para su desarrollo sostenible? ¿Por qué no ha aprobado el Parlamento andaluz una figura de protección eficaz que frene las construcciones 'legales' e ilegales en la Vega? ¿Ante el fin del ciclo del tabaco qué estrategia agrícola tiene la Junta? ¿No son las administraciones las que tienen que poner en marcha el Plan y las medidas concretas de protección y dinamización de la Vega? Son los gobernantes de las distintas administraciones los que tienen la llave y la obligación de liderar las medidas concretas que nos permitan pasar ya de las palabras a los hechos.

Hay lugar para la esperanza, para empezar le proponemos a las administraciones que, aparte de impulsar los acuerdos de la comisión de la vega y el Plan que hemos propuesto más de 200 colectivos, lean y apliquen las conclusiones de un interesante estudio sobre la agricultura en la Vega encargado por la UTDLT (Unión Territorial de Desarrollo Local) de Santa Fe al CIFAED (Centro Investigación Agricultura Ecológica). En él se apuntan las grandes posibilidades de mercado que tendría la agricultura ecológica. Junto a esto pediríamos apoyo a las investigaciones sobre cultivos competitivos en la vega abiertas por los centros de investigación agrícolas (CIFAED y CIFA). Apoyo a los trabajos desarrollados por la dirección general de Agricultura Ecológica, las cooperativas integradas en GRAECO y la red de dinamizadoras de productos ecológicos que están abriendo camino a la producción y consumo de alimentos ecológicos, que ya se sirven en muchos hospitales y comedores escolares. Apoyo al trabajo de FAECA con el cooperativismo agrario. Impulsar todo esto dinamizaría la Vega.

Más fuerza tendrían aún las medidas si fuéramos capaces de acordar un pacto por la Vega. De él hablamos hace años, ahora lo hace el PSOE. Por nuestra parte, después de una ronda de entrevistas con los partidos políticos -nos falta el PSOE- y con algunas administraciones estamos convencidos de que ese pacto sería posible. Es cierto que la última propuesta (un Central Park en la zona Sur) ofrece incertidumbres, al menos hasta que no la conozcamos en profundidad; porque además de su inviabilidad económica (¿qué cantidad de funcionarios-jardineros harán falta para mantener 527 Has. de parque?), no parece que un modelo anglosajón respete las señas de identidad de la Vega. Pensamos que no hace falta parque; el parque es la vega cultivada. De todas formas creemos que la 'voluntad' expresada por este partido para «liderar un plan de la Vega» en una reunión de sus dirigentes el verano pasado presagian la posibilidad de un pacto por la Vega.

Es posible que haya personas que crean que los problemas de la Vega no tiene solución. A ellos les pediríamos que repitan un ejercicio tantas veces realizado por los andaluces; compararse con los catalanes. Así podrán ver que 13 ayuntamientos crearon el parque agrícola del Bajo Llobregat. Hoy surten de alimentos sanos y frescos a Cataluña. ¿No es posible hacer lo mismo aquí con la Vega de Granada que tiene suelos mucho más ricos? Preguntado el gerente de ese parque sobre cómo fue posible poner de acuerdo a ayuntamientos, partidos y agricultores, nos respondió que hubo un gobernante que se creyó el proyecto. Era el andaluz de Iznájar José Montilla, hoy Presidente de la Generalitat; ¿Hay en Granada algún gobernante, sea del partido que sea, que crea en las posibilidades de la Vega? Falta nos hace. Nosotros lo apoyaríamos; nuestros nietos se lo agradecerían.